Cuando desees ABANDÓNALO.

23 diciembre, 2010

Relato de una pasión sin límites. Parte I

Sin decir ni más ni menos ella se lanzó en sus brazos, quería probar infinitamente el néctar que penetraba su piel, era un descubrimiento o talvéz el desarollo de una nueva etapa en su vida, no lo sé, ella lo sentía muy profundo y quizo relatarme lo que vivió con ese hombre.
Se amaban, se raspaban del deseo, se pasaban la lengua por sus estructuras, jugueteaban y se reían, ella se sumergía en el centro del cuerpo masculino con su boca, de manera que provocaba una erección plena en él, cada mirada que se cruzaba era la combinación del querosén y el fuego, se penetraban de maneras fantasiosas y deseaban untarse en puro placer.
Por eso es que, ella no espero más, le dijo que que deseaba que le haga el amor, que le demueste sus sentimientos mediante el cuerpo, que la manipule de un lado al otro, que la haga mujer...
El, con su aspecto de hombre audaz y cariñoso, no tubo mejor idea que desnudarla de a poco, de acariciarle el cuerpo y de empezar a subir la temperatura en aquél ambiente de cuatro paredes; comenzó a pasar su mano sobre su cuerpo de mujer principiante, sentía su téz suave la de sus senos, e iba bajando su mano, cuando se topó con su vagina, en la cual levemente, introdució sus dedos de manera suave, y luego de una manera desaforada al ver las expresiones del rostro de la niña, ella daba gritos, rasjuneaba la pared y lo miraba con más deseo, y nunca le pedia que pare de hacerlo, él, muerto de placer, de pasión de exitación no pudo más e hizo que ella se coloque por encima de él de modo que su miembro se introduzca en su vagina y asi puedan matener una escena de amor y pasión profunda.
En ese momento de plena fantasía, no paraban de escucharse gemidos y demostraciones de afecto y se sacudían de un lado a otro, ella le decía que la cuide, que la mantenga bien y que le haga todo con amor y él, le daba una seguridad que pocos dan a la hora de hacer el amor, y le decía que se quede tranquila, que era un placer tenerla de ese modo y deshacerse él mismo de su pureza como mujer, eso que todos llaman virginidad.
En esa habitación lo que sobraban eran movimientos pélvicos, besos profundos y caricias aridentes, se hicieron de todo, todo con amor, todo con la pura dulzura de la inocencia que otorga la adolescencia, esas pieles rozandose entre sí era un acto maravilloso de demostración de afecto.
Al momento de terminar, él, dió su última porción de placer, en la cual esa escena daba un fin, y ella quedo del lado derecho de la cama, exhausta, satisfecha, en eso, se miraron y ella le dijo que lo amaba con todo su corazón y le agareció su trato, que jamás penso que se iba a sentir tan segura y sin una cuota de nervios, y él, tan dulce como era le tomo la mano y le dijo que jamás la dejaría que el amor que le tenía era inmenso y que le había encantado hacerle el amor.
Todo eso me contó ella, sé que su relación no terminó, creo que he oido por ahí que llevan siete meses juntos, y que según mi pensamiento estarán juntos durante muchos, muchos años, lo que me encantaría, es oir una vez más un relato de lo que sucede en su cama, en las escenas ardientes que producen, sé que me reuniré con ella otra véz, así podré sacarle más de sus experiencias, ya que ahora llevan mucho más tiempo y en ese entonces llevaban un mes y medio de relación, si con tan poco tiempo de relación se comportaban asi, no quiero saber como estarán ahora, es decir, si quiero saber, porque debe ser algo ¡terrible! , ¿cómo serán sus orgasmos? y ¿la fuerza del hombre será la misma? y ¿qué hay de la pasión?, no lo sé, esas dudas me las sacaré más adelante, cuando pueda volver a dialogar con ella.